Luzaga cuenta con unas unidades de paisaje que permiten trazar tres itinerarios bien diferenciados y un paseo con mucho encanto. Estos espacios naturales tienen como elemento común la inserción de otros componentes patrimoniales ligados a la ocupación del territorio desde hace más de 2.500 años.
La primera unidad de paisaje es la que rodea el Oppidum del Castejón. Este es un poblado fortificado que ocupa varias hectáreas. El nacimiento de este va ligado a las guerras celtíberas emprendidas por los romanos para controlar el territorio. Su escenario más conocido es el Cerco de Numancia.
La segunda unidad de paisaje va ligada a la línea defensiva andalusí. Las atalayas, de las que todavía se conserva una, eran vitales para la defensa del territorio. La
La última unidad de paisaje se explica a través de los restos de la Guerra Civil española. Las trincheras trazadas después de la batalla de Guadalajara en 1937 fueron testigos de crudos combates en los meses de invierno de 1938.
Son tres escenarios de guerras pasadas que hoy en día se pueden recorrer en paz, pero sin olvidar el pasado.
Consejos prácticos:
Estas rutas pueden realizarse durante todas las épocas del año, aunque se recomienda evitar los horarios de más calor en verano.
Las fuentes de Luzaga cuentan con agua potable.
Las rutas cuentan con hitos de piedra, con la señalización pertinente, para que estas se puedan realizar.
Se sugiere el uso de bastones y calzado de senderismo, pantalones largos y sombrero.
Exixten posibilidades de observación de la rica fauna local, por lo que se recominenda el uso de prismáticos.
La diversidad de hongos del municipio es elevada, dependiendo de la estación del año podremos encontrar unos u otros.