Ruta 1: Castro de Luzaga
Distancia total: 3,3 kilómetros
Posibilidad de unirla con la ruta 2
Dificultad: baja
Duración total: 90 minutos (se incluyen las paradas de interpretación)
Comienza la ruta bajo las choperas del río Tajuña, junto a la carretera GU-952. Sube inmediatamente por los escarpes calizos de El Majanazo, descubriendo la variada flora y fauna, que están ligadas al Roquedo. Hacia el extremo este del recorrido se bordea el Barranco de la Hocecilla; en su entorno se descubren algunos manantíos de aguas salitrosas, más abundantes en la fachada sur de la Lastra y en el Salobral, evidenciadas por la existencia de prados húmedos y carrizos. El regreso a Luzaga se hace entre los apriscos ganaderos y pastos de interés micológico, con miradores sobre el valle del Tajuña y las forestas de pino resinero, que se extienden al norte.
El Castro de Luzaga, testigo de luchas entre celtíberos y romanos, conserva parte de su muralla ciclópea. En su interior se hallan viviendas romanas con patrones indígenas y un posible templo.
El paisaje ganadero actual mantiene las formas de ocupación del pasado, donde no todo el recinto interior de la muralla estaba ocupado.
Qué ver en esta ruta:
- El río Tajuña y su caz.
- Cueva de la Mano de Dios y formas geológicas caprichosas.
- Riberas antrópicas del Tajuña.
- Guillomar en la fachada norte de los escarpes del Tajuña.
- Yacimiento de El Castejón.
- Posible indicio de un tempo de cronología romana.
- El Castejón, muralla ciclópea.
- Panorámica al norte del valle del Tajuña.
- Matorrales pulvinulares.
- Sabinas albares.
- Barranco de la Hocecilla.
- Pastizales ricos en setas de cardo.
Diversa fauna:
Nutrias, mirlos acuáticos, lavanderas castañeras, martines pescadores, colirrojos tizones, gorriones chillones, aviones roqueros, cernícalos vulgares, collalbas rubias, nidos de chochinas, roqueros solitarios, chovas piquirrojas, buitres leonados, alimoches y buitres negros.
Diversa flora:
Lúpulos, tés de roca, cerezos de San Lucía, zapatitos de la Virgen, cambrones, artemisias plateadas, sabinas albares, quejigos, encinas y enebros.
En esta ruta también se pueden encontrar hongos con importancia gastronómica como: setas de cardo, el pie azul, champiñones, parasoles, entre otros muchos. Eso sí, a la hora de su recolección hay que tener cuidado con los abundantes escorpiones que reposan bajo las piedras.