Ruta 2: (La Guerra Civil en) la lastra de la Fuente y Paseo del Lavadero
Distancia total: 3, 4 kilómetros
Posibilidad de unirla con la ruta 1
Dificultad: baja
Duración total: 90 minutos (se incluyen paradas de interpretación)
La ruta se inicia junto al río Tajuña, atravesando el popular Paseo del Lavadero. Seguidamente, el paseo asciende, entre antiguos linderos y apriscos ganaderos, sobre el paso natural del río. Bordea los escarpes calizos de los Blancares y La Lastra, miradores naturales desde los que se domina gran parte del municipio, incluidos los cantiles rojizos de areniscas que resaltan al norte. El caminar lleva al senderista a los pies de la singular encina de La Lastra, árbol monumental que hay que preservar y respetar. El regreso a Luzaga se hace entre prados ganaderos y espinos, y termina por un vertiginoso y bello descenso entre escarpes, bloques pétreos caídos, cuevas y rezumaderos. La necesidad de defender durante la Guerra Civil la carretera que atraviesa el Tajuña, generó un pequeño emplazamiento en la ladera este y un asentamiento en la cima aprovechando los espacios ganaderos para cobijar la guarnición encargada de esta posición.
Qué ver en esta ruta:
- Fuente lavadero de Luzaga.
- Cauces artificalies del Tajuña.
- Riberas antrçopicas del Tajuña.
- Cueva de los Poblres y apriscos naturales.
- Escarpes y desprendimientos dominando el Tajuña.
- Panorámica sobre Luzaga y sus escarpes calizos.
- Estructuras de la Guerra Civil.
- Endemismo de valor etnobotánico.
- Guillomar en el reborde calizo.
- Geología y relieve en el mirador de La Lastra.
- Pastizales, apriscos y cercados de La Lastra.
- Panorámica desde el mirador de La Lastra de la Fuente.
- Pinares en el dominio potencial de quejgar/ encinar.
- Árbol singular (encina de La Lastra de la Fuente).
Diversa fauna:
Truchas comunes, picos menores, pitos reales, picos picapinos, mitos, oropéndolas, ruiseñores comunes y ruiseñores bastardos.
Las posiciones de la Guerra:
Al comienzo de la Guerra Civil, Luzaga fue visitada por fuerzas de ambos bandos, pero fue en el mes de septiembre de 1936, cuando una docena de guardias civiles sublevados al mando del Teniente Quintero se instalaron en un cuartel del municipio. Desde ese momento, se convirtió en un enclave de cierta importancia en la segundo línea franquista, y al municipio llegaron unidades de todo tipo y procedencia, entre ellos, australianos y gallegos.
Asimismo, varias personalidades visitaron Luzaga como, por ejemplo, el general Moscardó o el defensor del Alcázar de Toledo.
Pero es en los días previos a la Batalla de Guadalajara cuando el municipio cobra mayor protagonismo. Allí se instalaron los Camisas Negras italianos que participaron en la ofensiva de marzo de 1937. El puesto de mando del coronel Rada durante la ofensiva del Alto Tajuña (marzo 1938) se situó en una de las casas de la plaza. Los restos de esta historia pueden verse en el municipio en forma de refugios y trincheras.